Comprobar el estado de la suspensión de nuestra moto es fundamental antes de cualquier salida, ya sea ruta o circuito.
En parada: identificar a simple vista el estado de la suspensión es sencillo, basta con frenar firmemente la rueda y presionar con fuerza sobre el manillar. La horquilla debe bajar y subir con suavidad. No debe haber ningún rastro de aceite, si lo hay, puede ser un problema simple de rotura o pérdida de sellado de los retenes.
En movimiento: es posible que tengamos un problema de amortiguación si nos vemos obligados a corregir la trayectoria continuamente, o si notamos que ante un bache la suspensión delantera hace tope.
Si notas cualquier síntoma que te haga sentirte inseguro en la conducción, te aconsejamos acudir a taller donde nuestros expertos revisarán a fondo tu moto.